La Marquesa Rosalba
Alfeizar de la ventana
es del relato testigo
entre doncella y su dama,
que recostada en su cama
con su precioso vestido,
debe decidir con calma
quien deba ser su marido.
Doncella
Acercaos al espejo.
Pues no ha de haber ni de lejos
una marquesa más bella
que la que diga el reflejo
del cristal que os refleja.
Marquesa
No tengo gozo ni dicha
No tengo noches ni alba.
Ya que por toda desdicha
el clero me mete prisa
para que case mi alma.
Doncella
No es dilema tan atroz,
os digo como doncella.
Nada puede ser peor.
Por no resolver querella
el advertiros a vos,
el tiempo os haga mella
y se os pase el arroz.
Marquesa
Criada no des la lata
con monótono sermón
metéis y metéis la pata.
Dejad que decida yo.
Me tratáis como una gata
en los asuntos de amor.
Doncella
Pretendientes no os faltan
con don Nuño y con Martín.
Vuestros ojos os delatan.
Más noto que no derraman
gotas de pasión febril.
Marquesa
A Martín ni me lo nombres
digo cerrando mi puño.
Si no hubiera ya más hombres
habitando aqueste mundo
solo tal vez por entonces
renunciara a don Nuño.
Doncella
¿A Don Nuño has Elegido?
Es eso gran desatino.
Marquesa
De los dos mejor partido.
Aunque no venga de cuna,
pero teniendo entendido
que quiere ser mi marido,
por su fama y su fortuna
a tal hombre he elegido.
Doncella
Señora triad con tino.
No cometáis un desliz.
A ese le puede el vino.
Por vuestro rostro adivino
que si es ese tú destino
jamás vos seréis feliz.
Marquesa
¿Qué sabes tú de mi pena?
ni de tomar decisiones
que luna tras luna llena,
llorando como una nena
por esa cuestión de amores,
temblando como una hiena
dudando entre dos leones.
Doncella
A don Nuño de Braganza,
señora no os arriendo
No me lo toméis a chanza
¿No has reparado en su panza?
¡Parece que la estoy viendo!
Marquesa
Aciertas con tus aciertos
queridísima Leonor.
Más debéis tener más tiento.
Os aviso y os advierto:
calladita estáis mejor
Doncella
¿Marquesa os oigo riendo?
¡Un milagro del señor!
Pongo por testigo a Dios
que hace ya mucho tiempo
no escucho reír a vos.
Pensad en el desatino,
os aconsejo, Marquesa.
Asentad vuestra cabeza.
Martín es mucho más fino.
No actúes con ligereza
Marquesa
Mis sueños son pesadillas
angustias y desatinos
pues mi dolor amartilla
entre las sedas y linos
negro sea mi destino
Doncella
Confesadlo, vos le amáis.
Por vuestra cara adivino
por mucho que vos queráis
a mí no me la pegáis
dármela con queso, digo.
Marquesa
Martín, con toda razón,
maldigo por él mi sino.
Me lo dice el corazón
Eso ya quisiera yo
Que fuera él mi marido
A mi padre prometí,
sobre su lecho de muerte,
que debería elegir
¡Maldita sea mi suerte!
Entre Don Nuño y Martín.
Más él se encabezonó,
a mitad de media noche,
que era Don Nuño mejor.
Entre reproche y reproche.
Y de Martín me advirtió
Que venía por mi dote.
Doncella
Haced caso a esta sirvienta
y a esto de que os hablo.
Tenello siempre por cuenta
decir eso que me inquieta.
Igualito que el diablo,
saber, por ser ya muy vieja
Don Nuño no os interesa.
Marquesa
Es cierto, no me lo nombres.
Pon a mi martirio fin.
Déjate ya de reproche
Desearía esta noche
que apareciera Martín
Don Martín
Al castillo hemos llegado.
Tan nervioso yo me hallo
que con corazón turbado
ya no sé ni por qué lado
he de bajar del caballo.
Gilipollas
Hermosos sus torreones,
sus ventanas y sus jarcias.
Son hermosas construcciones.
Echadle un par de cojones
para merecer su gracia.
Don Martín
Mañana llegará el tutor,
Don Pedro de las Castillas,
Para casar a mi amor.
En nombre del rey Alfonso.
Y me da tanto pavor
que me duelen las costillas
tanto como el corazón.
Gilipollas
No perdamos un segundo
en convencer a la Dama
pues un instante es un mundo.
No conviene ser segundo
En los asuntos de cama.
Don Martín
Pues decidme, a ver qué hago,
Tras largo camino andado
Nada tengo yo ensayado.
Con mis nervios enervados
Estoy que casi me cago
sin soldados ni ducados.
Gilipollas
No es oro ni es plata
lo que ahora necesitas.
A las damas las conquista
un hombre que tenga pinta
De no ir metiendo la pata.
Dejadme a mi tal asunto.
Pues me da mucho disgusto
que siendo vos caballero
se os viera tal plumero,
que tal y como barrunto
pretendáis ligar tan chusco
cual vulgar poligonero.
Don Martín
Sudando tengo la nuca
pues es noche especial.
Servido el destino está:
O es ahora o no es nunca.
Gilipollas
Para solventar los males
disponemos del laúd,
que con hermosos cantares,
al igual que los juglares,
y la luna con su luz
le mostraremos modales.
Don Martín
¿Conocéis esos cantares
que abren los corazones?
Gilipollas
No conozco tal romanza.
Pero si a un trovador
que nacido de La Mancha,
al igual que Sancho Panza
del que me sé una canción.
Don Martín
Buen servicio que me haces
Para resolver mis males
Sean versos eficaces.
¿Cómo dices que se llama
el que enamorando canta
forastero de estos lares?
Gilipollas
Ya que me lo pedís
Es juglar de los juglares
Son hermosos sus cantares.
él se llama José Luís.
Para más señas: Perales.
Don Martín
De nada yo lo conozco
Pero si nos va a servir
eso impórtame muy poco.
Gilipollas
Lo veo más adecuado
pues él nunca desafina.
Con el acento educado
y con su romanza fina,
es mucho más acertado
y tiene la voz más trina
que al que le llaman Sabina.
Mas si queréis la verdad,
ahora mismo estoy dudando
entre la gran variedad
del que os estoy mentando
o los versos del Serrat.
Don Martín
Decidiros ¡Recopones!
Y aclararos escudero.
Cantadle presto, os lo ruego,
una de las tres canciones.
Estoy de disquisiciones
hasta los mismos cojones.
Por no decir que los huevos.
Y permitidme preguntar
por si por ventura tú
¿Además de buen cantar
sabes tocar el laúd?.
Gilipollas
Esa una pregunta fea
en honor a la verdad.
A más de mi mal cantar,
de sus notas el sacar
No tengo ni puta idea.
Pero pronto vais a ver
como produce milagro
la canción que al tañer.
Pues ahora que yo caigo
Cantaré por Aguilé:
“La Chatunga tiene algo
que me gusta…”
Marquesa
¿Qué son esos alaridos?
¿Quién grita desde la calle?
¿Acaso sean ladridos
que trae el eco del valle?
¿O gritos de los heridos
que tras singular combate
retumban en mis oídos?
Doncella
Presta he de asomarme
para ver que leches pasa.
Mas estoy por apostarle
que lo que suena en la calle
sean mujidos de vaca.
Marquesa
Id presurosa, doncella
y vigilad con sigilo.
Pues son muchos los peligros
que a una dama le acechan
desde fuera del castillo.
Doncella
Apagad la luz marquesa.
Y no vean con el brillo
que les observare aviesa
y me tomaren por esa
matrona fisgona y vieja
que la llaman del Visillo.
Marquesa
¿Ya sabéis de donde emana
tal escándalo y enredo?
Doncella
De un vulgar escudero
que cantando su cantar,
a modo de serenata,
vaya noche nos va a dar.
Marquesa
¡Un escudero! ¡Que espanto!
No me esperaba yo eso.
Pues andaba suspirando
Que fuese algún caballero.
Doncella
Asomaros mi señora.
No vais a creeros eso.
Bajo la luna el que trova,
aunque sea un escudero,
está el mamón como un queso.
Marquesa
¿Qué decís tan insolente?
¿Qué decís a vuestra edad?
Son palabras bien soeces.
Mas para decir la verdad
son lo bastante elocuentes.
¡Ese hombre, cómo está!
Doncella
Sirvienta lo soy de vos
y no tuve por fortuna,
por la voluntad de Dios,
ser señora de gran cuna.
Eso no tiene remedo.
Pero al ver al escudero
cantando su rima en bucle
que aunque vieja sea yo…
A nadie le amarga un dulce.
Marquesa
¿Qué hacéis con la escalera?
¿Acaso el vicio os ciega?
Doncella
La suelto por la ventana
y que la vea el galán.
Que suba con su guitarra
a mi sus versos cantar.
Hasta llegar la mañana,
al igual que la cigarra,
conmigo él ha de estar
y que haga con sus mañas
a esta pobre hermitaña
sin sus calzones de pana
lo que le diera la gana.
Gilipollas
La treta ha funcionado.
Ved que desde la ventana
una escala ha lanzado.
Subid presto, mi señor.
O mejor, por precaución,
Tal vez sea lo mejor
que suba primero yo.
Don Martín
En estas cosas de amor
sabeis vos ya más que yo.
Y no es que tenga temor.
Pero pienso que es mejor
que la trepemos los dos.