Un secreto bien guardado
Gilipollas
Rumbo el castillo partimos
cabalgando por la senda
entre abedules y pinos
evitando, muy ladinos,
y no soltando ni prenda
a los de Nuño, esquivos.
Para no ser sorprendidos
en la mitad del camino.
No hay que ser un adivino
que si nos ven, os lo digo
la que se arma es tremenda.
Perdonad que os pregunte
si por el sendero este,
mi curiosidad disculpe,
caminando hacia el oeste
¿Os esperan vuestras Huestes?
Don Martín
¿Huestes decís?
Gilipollas
Eso dije, Don Martín.
Don Martín
Detengamos la andadura,
algo serio he de contaros.
Descansen cabalgaduras,
es cosa que me tortura.
Un secreto he de fiaros.
Un secreto bien guardado.
Quiero que tengáis presente
que detrás de mi armadura
no tengo ningunas huestes.
Es esa mi desventura
y la verdad pura y dura.
He gastado mi fortuna
en contratar a soldados
¡Más perra suerte la mía!
la mitad me desertaron
por don Nuño sobornados.
Otros tantos se marcharon
y me dejaron colgado
abandonado a mi suerte.
Más dos vasallos quedaron
serviciales a mi lado.
Hay que ver como es la gente
Se me murieron de Peste.
Pero mirad este puño
que levanto retador.
Venceremos a Don Nuño,
pues sobrados de valor,
Lo lograré junto a vos.
Gilipollas
Caballero, no lo acierto,
Cómo siendo vos y yo
lucharemos contra cientos.
He de advertiros a vos:
Uno y uno suman dos.
Don Martín
En combate singular
que desde tiempos del Cid
no recuerda este lugar,
venceré a ese ruin.
Mi espada relucirá
luchando contra los cientos
o aunque fuera contra mil.
Gilipollas
Pues ahora tengo duda
Perdonadme, Don Martín.
Eso de querer retar
en combate singular
no es cuenta muy cabal
el de poder conseguir,
lo digo sin retintín,
difícil podáis ganar.
Don Martín
Tened la lengua bien quieta.
No dudéis de aquestas gestas
vuestra razón no interpreta.
Ya sé lo que a vos inquieta
parecéme a ciencia cierta
que seáis un aguafiestas
Gilipollas
Convencedme, os lo advierto,
de que os he de servir
¿Cómo luchando con cientos
y mucho menos con mil
tenéis por vos como cierto
siquiera sobrevivir?
Habréis de tener fortuna
en decir, con argumentos,
sólidos como cementos.
Pues con esta chaladura,
sin darme conocimiento,
mi menda aquí mismo jura
que me apeo del jumento
y os dejo en el momento
en el que salga la luna,
no digáis que no lo advierto,
más solito que la una.
Don Martín
No tenía tan presente
que tan cobarde vos fueras.
Te lo advierto, Juan Vicente.
Más hay algo convincente:
Si por temor tú te fueras
te buscaré eternamente
para cagarme en tus muelas.
Aun siendo cierto, escudero,
que es difícil la empresa
debéis tener por certero
que solventado el enredo
vos mismo habrás de vero,
desposaré a la marquesa
Gilipollas
Contad conmigo, señor.
Vuestros asuntos de amor,
os prometo por mi honor
y por razones que omito,
aunque me importare un pito
y en nombre de quien no cito
os haré tan gran favor.
Don Martín, tranquilizaos,
que en teniendo ambos genio
luchando con desempeño
nunca lucha es ganada
dos contra mil espadas.
Usaremos el ingenio.
Mirad en aquella era
a dos gañanes arando
y reparad en la higuera
y ved con vista certera
que un laúd está colgando
sobre la rama tercera.
Don Martín
¿Juanvi os reís de mí?
¿De dónde saliste tú?
Para ganar la batalla,
decídmelo malandrín
¿para qué sirve un laúd?
Gilipollas
Hacedme caso excelencia
y mantened vos la calma.
Un poquito de paciencia
pues para esta contienda
de poco sirven las armas.
Don Martín
La curiosidad me llena.
Cierto lo que estas contando.
No hay nada que yo tema
pero la duda me quema
¿Decime que estás tramando?
Gilipollas
Cuando estemos a su lado
les diréis vos a esos dos,
tras haberles saludado,
que el que cabalga a tu lado
en la burra, o sea yo,
soy un afamado mago.
Don Martín
¿Qué pretendéis perseguir
con aquesta estratagema?
Gilipollas
El laúd desperdiciado.
Hacedme caso, Martín,
lo podemos conseguir.
Objeto es necesitado.
Pero haciéndolo así
lo tendremos en mi mano
sin haber ello costado
ni un sólo maravedí.
Don Martín
Supongo que me diréis,
una vez en tu poder,
para que hostias queréis
en vuestras manos tener
un chisme de esos ¡Pardiez!
Gilipollas
Pues llegado su momento
vos mismo comprobaréis
y grato agradeceréis
rezongando muy contento
disponer de este instrumento
Justo al pasar a su lado
Salúdales Don Martín
Don Martín
Buenas tardes mocetones.
Os noto muy ocupados
en el trabajo afanados.
Un gran honor saludaros.
Gañán
Caballero, bien hallado.
Me descubro ante vos
y ya que habéis saludado
con ademán educado,
Vayáis a la paz de Dios.
Don Martín
¿Qué hacéis con estos calores
trabajando con ardor
y sudando esos sudores?
Tal vez sería mejor
dejarlo para más tarde
cuando se retire el sol.
Gañán
Estamos mi hermano y yo,
de las tierras de un avaro,
un mes por medio ducado,
destripando los terrones
que dejaron los rejones
de este campo mal arado.
Más si ya habéis sospechado
o si no, yo os aclaro
estoy hasta los cojones
de currar como esclavo.
Eso juradlo por Dios.
daros ya por saludados.
buenas tardes a los dos.
Más disculpad, caballero,
pues nos llama la atención
y una duda nos aturra
al ver a quien va con vos
sentado sobre la burra.
Don Martín
Guardad respeto, hortelano,
pues a mi lado cabalga
un gran mago de paisano
y que por ser un gran mito
va conmigo disfrazado
viajando de incogníto.
Gilipollas
Mal acento has colocado
en la última rimada,
Le digo a mi buen Martín,
forzado lo habéis rimado
con ese acento en la i.
Don Martín
Cuenta me di ya de eso
Mas Juanvi, de no hacello así,
con esta tonta manía
de rimar siempre con rima
no me cuadraba mi verso
Y lo dejo tal que así.
Gilipollas
Pues debéis hablar con tiento
no vaya a ser que un lector
vaya tachando al autor
de poco conocimiento
al rimar las oraciones.
O tal vez vaya a pensar
que por no saber rimar
sea un tono los cojones
por poeta aparentar.
Gañán
¿Un mago, decís señor?
Pregunta el gañán inquieto.
Don Martín
Habéis de darlo por cierto.
Que son sus raros conjuros,
a los dos yo os advierto,
que predice con acierto
cosas que son de futuro.
Gañán
El futuro es cosa fácil
pues nada puede probarlo.
Pero si sos tan buen mago
es fácil de averiguarlo
con las cosas del pasado.
Gilipollas
Os digo gañán altanero
ponedme pues a la prueba.
Ya verás cómo, labriego,
si tus dineros te juegas
te lo adivino certero.
Gañán
De mi bolsa y mi talego,
eso no lo crees ni tú,
ha de salir un dinero.
A cambio solo me juego
este bonito laúd.
Decidme pues, adivino,
si lo podéis explicar
cómo a mis manos él vino
y cual fuere el desatino
que podáis adivinar.
¿Cómo instrumento tan fino
y difícil de tocar
hizo llevar el destino
a mis manos a parar?
Gilipollas
Claro queda como el agua,
soy buen adivinador.
Se os va a caer la baba
si os digo que colgaba
del hombro de un trovador.
Gañán
No se requiere videncia
para zanjar tal cuestión
ni tampoco experiencia
en lo de adivinación.
Eso lo sabe vuecencia,
el más tonto del lugar,
que su fácil procedencia
sea la de un juglar.
Gilopollas
Veo que sois buena gente
No os dejáis embaucar
Mas voy a ser displicente
que a hombre inteligente
no se le puede engañar
Gañán
Por lerdo queréis tomar,
me queréis hacer picar.
Si os lo queréis ganar
me lo debéis explicar
cómo lo pude comprar.
Gilipollas
Pues ya que me lo pedís
os digo todo muy claro
que con un dado trucado
lo habéis ganado al parchís
y al juglar has engañado.
Gañán
¡Es cosa de Satanás
lo que has adivinado!
Mal os había juzgado
como a un burdo charlatán
ahora me queda claro.
Gilipollas
Entregadme el instrumento.
Hacedlo y callad a lengua.
Pues desde este momento
sabéis que yo nunca miento
así que saldad la deuda.
Gañán
Asombrado estoy, lo juro.
Y aprovechando el momento,
si no fuera gran tormento,
decid si de mi futuro
he de sentirme contento.
Gilipollas
A mí esto cuesta nada:
A no pasar mucho tiempo
y sigue persistiendo
el derecho de pernada,
antes de un año, calculo,
un marqués muy barrigudo
una tarde o una mañana,
si el destino no lo evita,
se quitará la levita
y con pasión enervada
os ha de dar por el culo.
Gañán
Dejáis mi alma en un puño.
Supongo que os referís
no al señor Don Martín
sino al cabrón de don Nuño.
Gilipollas
Mirad ese hombre a caballo
que cabalga junto a mí.
No es un vulgar lacayo
es mi señor, Don Martín,
y a su servicio me hallo
Gañán
¿He de suponer acaso
que si llega a ser Marqués
unas semanas después
no ha de darme por el saco?
Gilipollas
Tened por cierto gañan,
que por lo que le conozco,
mi señor es de fiar
y presto voy a ayudar
a que bien tardando poco
Marqués apuesto será
en que podáis confiar
Gañán
A los pobres labradores
poco nos importa el caso
pues nunca se ha dado caso
nos traten como a señores
los reyes y emperadores
o Caudillos fanfarrones
Gilipollas
Bien me lo habéis razonado.
buenas son esas lecciones.
En otros tiempos lejanos
seréis el proletariado.
Mas ya no será tu amo
el que lo haya heredado
sino el que por tu propia mano
ganase las elecciones.
Don Martín
¿De qué les estás hablando?
Son esas cosas falacias
Gilipollas
Les estoy vaticinando
que vendrá la democracia
y podrán ellos votando
elegir a quien les manda
usando la perspicacia.
Y aunque cada cuatro años
puedan cambiar la comanda
las cosas muy poco cambian
pues sentaran en escaños
a quien les haga más daño.
Gañán
Una cosa que no entiendo,
explicarme con paciencia,
cosas de esta nueva ciencia
¿Como es que ya sabiendo
que error estáis cometiendo
elijo a quien no interesa?
Gilipollas
Difícil es de explicar
Pero creedme, gañán,
que os podría jurar
que estas cosas pasarán.
Lo digo por experiencia.
Gañán
Eso no tiene razón.
Me decís cosas de engaño
¿Cómo cada cuatro años
se elija siempre al peor?
Gilipollas
Elección tras elección.
Eso tengo comprobado.
Don Martín
Dejaos ya de sermones
y de cosas que ignoramos
que nos despiertan temores.
Tal vez tenga que aclararos
que de escucharos rumores,
y os lo digo muy claro,
Estoy hasta los cojones
Gilipollas
Reemprendemos caminar
Martín y yo hacia el castillo.
Razón tenía el juglar
cuando me quiso narrar
que esos son unos pardillos.
Sabed mi señor con tino,
que no es una buena la cosa.
Sentado sobre un pollino
ni con verso ni con prosa,
si bien os he de serviros
yo con semejantes ropas
con las que me hallo vestido,
parezca yo de tu tropa.
Sería bien convenido
me compraseis otras cosas
en una tienda de chinos.
Don Martín
¿En una tienda de chinos?
Gilipollas
Si. ¿O tal vez por estos lares
acaso aún no ha llegado
a este tormentoso tiempo
esas tiendas o lugares
en las que tienen abierto
por las mañanas y tardes
unos chinos bien atentos
a las que llama bazares?
Don Martín
No sé de lo que me hablas
ni cuáles son tus enredos.
Más son justas tus palabras.
Aunque a mi lado cabalgas
no parecéis mi escudero.
Antes de caer la tarde
y la noche nos sorprenda,
en llegando a una aldea,
os compraré nuevas prendas
y así todo el mundo vea
vuestro aspecto y mi ralea.
Ya nadie me reprenda
exclamando ¡Caballero!
Tal vez así nos convenza
gastaos vuestro dinero
tratad a vuestro escudero
con un poco de vergüenza.
Gilipollas
Así se habla, Martín.
Cosas tenéis de Caudillo.
Sólo espero que al fin
no me compréis para mi
ropas de los mercadillos.
Esas son unos desastres.
Para mí sería un sofoco
y sería gran desplante
que las comprases del zoco
a un vendedor ambulante.
Don Martín
Pues tu deseo va al traste.
Es pedir peras al olmo
si pensáis que en vos me gaste
mis dineros en un sastre.
Eso ya sería el colmo.
Gilipollas
Pues ataos bien los machos
si con vuestro mal hacer
ha de mi menda acceder
estas sendas recorrer
vestido de mamarracho.
Don Martín
Vale, me habéis convencido.
Pronto os he de vestiros,
como hemos convenido,
en los mejores tejidos
gastaré mis dineritos.
Gilipollas
Os lo agradezco, Martín
Para seguir el viaje,
un escudero o un paje,
tiene su corazoncito
aunque sea un malaje