Duelo a muerte bajo la higuera
Gilipollas
Hasta el tronco de la higuera,
entre sombras, juramentos
y blasfemias justicieras
dignas de mala vocera
que por decoro no miento,
hemos llegado por fin
donde mi señor, Martín,
con sus quejas lastimeras
ha de averiguar contento,
si el destino así quisiera,
premiarle con casamiento.
Don Martín
Escudero estad atento
pues es Nuño traicionero.
Famosas las grita el viento
sus tretas y felonías,
su terrible mala baba
y lo que más me temía
que acaso sea su espada
aún más larga que la mía.
Glipollas
Más larga, más gorda
y más dura. De eso
no tengo duda.
Don Nuño
Decidme si ya estas presto
a luchar por vuestro honor.
Pues he de hacer manifiesto,
antes de que salga el sol,
de que ante mí os hallaste
muerto, mas antes gritase
que Don Nuño es tu Señor.
¡Eso lo juro por Dios!
Gilipollas
Yo no entiendo de este rito
pero sagaz me permito,
decir cosa que no omito,
que siempre queda bonito
que lo pite algún “arbítro”.
Don Martín
Vigilad el recitado
pues tu lengua se desmadra
Bien habréis de declinar.
Latimoso es tu rimado.
Esdrújula es la palabra
y para hacerla rimar,
como quien mal campo labra,
llana la habéis entonado.
Gilipollas
Si, para rimas estamos…
¿Acaso no veis, mi amo,
que luchando mano a mano
acabaréis derrotado?
¿O tal vez has olvidado
que ya andáis perjudicado
del palizón que os ha dado?
Don Martín
Sus golpes a mí no hieren,
puede más mi corazón
y mis sangres que me hierven.
Si hay que morir, se muere
por defender el honor.
Don Nuño
Comencemos sin retraso.
Demos comienzo a la justa.
Solo advertiros, si acaso:
dos contra uno es el caso.
Mas no creáis que me asusta.
Don Martin
A miedo y a cobardía
vuestras palabras apestan.
Eso es verdad verdadera.
Don Nuño
¡Me cago en tu calavera!
A vos se os fue la testa.
Son vuestros pantalones
los que huelen a “floresta”.
Mas es justo convenir
que no debéis dirimir
estas luchas, que son gestas.
Ni yo voy a consentir
que tu escudero servil,
me apunte con su ballesta.
Don Martin
Comencemos sin tardanza.
Atad quieta vuestra lengua
y mi espada se entretenga
en perforaros la panza.
Don Nuño.
Pues en guardia, caballero.
Ved que no me pongo terco.
Lucharé contra dos puercos.
Mas voy a ser el primero
en ensangrentar mi acero
con la sabia de carnero
que brotará de tu cuerpo.
Observad, tonto escudero,
como lo mato primero
y sean testigos luceros
que será crimen atroz
cantado por los juglares
en sus gloriosos cantares
que después os maté a vos.
Gilipollas (alejándose)
Ha sido un honor, Martín.
Yo tu mundo he conocido.
Aventurar junto a ti
ha sido muy divertido.
Más no puedo intervenir,
no lo tengo permitido.
Don Martín
¿Acaso huyes, canalla?
¿Te vas haciendo traición?
Yo no encuentro la palabra
ni tiempo para buscalla
ni rimarla. ¡Maldición!
Don Nuño
Aunque tuvieras razón,
No soporto la traición.
Se me parte el corazón
al ver como al caballero
le traiciona su escudero.
Permitidme caballero
la rima os la haga yo:
“Es del hombre condición,
al igual que los cabritos,
morirse de chiquititos
o acabar siendo cabrón”.
Don Martín
Agradecido, Don Nuño.
Rimaste con emoción.
A vuestro hermoso sermón
mi gratitud refunfuño.
Me daba en el corazón
que Juanvi es cobardón
pues esas cosas intuyo.
Gilipollas
Pues cada uno a lo suyo.
Y vos Don Martín, capullo,
abandonad vuestro orgullo.
Nada podéis contra Nuño.
Presto debéis convenceros
Es él más fuerte él que vos.
No consintáis que mañana
desde Barbate a Donostia
expliquen en sus cantares
por las plazas, los juglares,
que a Nuño os enfrentares
sin tener ni media hostia.
Marquesa (en su cama)
Leonor, ahora os mando,
que miréis por la ventana,
para ver si están luchando
y si están dilucidando
con quien casaré mañana.
Doncella
Ha rato que estoy mirando
como se gesta la gesta.
Mas están sólo charlando.
Y si a vos os interesa
parecen gallinas viejas
en lugar de bravos gallos.
Marquesa
Esos son unos tunantes
y otro tanto fanfarrones.
Ya no quedan como antes,
caballeros petulantes
con un buen par de…
Doncella
¿Un buen par de qué?
Recite vuestra merced
como termina su verso
y no vaya a parecer
que por ser poeta nuevo
el autor deje entrever
que no ha sabido escoger
entre cojones o huevos.
Marquesa
Rezadle que os perdone
a la Santa Catalina.
¿Cómo van a ser los huevos?
Está claro: son cojones
porque con huevos no rima.
Mas no he querido nombrarlos
porque soy Marquesa fina.
Doncella
Os ruego que no te enojes
Ni que a mal me lo tomes,
pues si queréis ser tan fina
pudisteis decir riñones
en lugar de palabrones
y no quedar con la rima
mas fina que las gallinas.
Gilipollas
Tras los arbustos me oculto
A vigilar a estos dos.
Tal vez sea lo mejor,
escondiendo así el bulto,
teniendo mi vista presta
protegiendo a mi señor
con mi preciosa ballesta.
Don Nuño
¡Ahora, mi fiel escolta
Salid de entre los matojos!
Martin, vuestra vida es corta.
Lo digo por si os importa.
De vos quedarán despojos.
Don Martin
¿Qué están viendo mis ojos?
¿Quién son esos mercenarios
que de entre los hinojos
parecieran tres diablos?
Don Nuño
Mis hombres de confianza.
¿Acaso tenéis pensado
que me tomase yo a chanza
momento tan esperado
y arriesgase cuello y panza
ante un vulgar malandrín
mi futuro y porvenir?
Aunque no me hicieran falta
pues con mi espada me basta,
Ellos son mi comodín.
Don Martín
¡A fe que sois un cobarde!
¡Os traéis vuestra Legión!
Y a ti he de enfrentarme
Sin ofrecer rendición,
sin escudero ni madre
ni perrito que me ladre.
Don Nuño
Que no ensucie yo mi alma
ni mi espada justiciera
que vuestra sangre derroche.
Mas he de tomarlo con calma
por si mal la lucha fuera
pues sé que una mala noche
la puede tener cualquiera.
Os presento a mis lacayos.
Ellos harán de verdugos
y más veloces que un rayo
os han de sacar los jugos
antes que cantare el gallo.
Don Martín
Sabed que sois una rata,
un cobarde e impostor.
¿A que tanto dar la lata
con historias del honor?
Vuestra actitud os delata:
sois un puto embaucador.
Y hablando de más malajes
y del otro impostor.
Anímole a que baje
y me dé la explicación
de ponerme en situación.
pues me está dando coraje
al no ver la solución
de resolver el pasaje
sin que salga muerto yo.
Sí, a ti me refiero, autor.
Don Nuño
Deja en paz al escritor
que ya tiene él bastante
para sacar adelante
esta extraña situación.
Don Martín
Pues lo tiene merecido
pues por pecar de lirismo
se ha metido en tal lío
que ya no sabe ni el mismo
Como enhebrar el ovillo
Autor
Vaya par de mequetrefes
que di vela en mi relato.
Mas he de salir airoso,
me meteré en el retrete
a ver si pasado un rato
decido al fin a quien mato.
Don Martin
Basta de predicamentos.
Vengan a mí tus lacayos.
Ya tengo en el pensamiento
darles por medicamento
con mi espada degollarlos.
Mercenario
¡Que huevos tiene este payo!
Parezca que tenga cuatro.
Gilipollas
Las hostias que le están dando
con mano diestra y certera.
Recién la lucha empezado
y lleva Martín más palos
que los que tiene una estera.
Mas intervengo en la gesta
pues no parece decente
que escondido en la follesca
observe yo simplemente
como le reparten yesca
sin auxilio que le presten
mis flechas y mi ballesta.
Don Martín
Pues ya tardas vivamente
en la lucha intervenir.
Pues te advierto fríamente
que de no facerlo así
no me va quedar un diente.
Gilipollas
Pongo manos a la obra
e intervengo en el acto.
Tenso la cuerda del arco
y con grácil maniobra
meto la flecha y me atasco
pues he de advertiros, si acaso,
que es harto complicado
manejar este artefacto.
Don Martin
Disparad presto escudero.
Deprisa, haced vos ya algo.
Matad a los mercenarios.
Son actores secundarios,
disparad, pues os disculpo,
de tu traición os exculpo.
Mas debéis ser solidario:
¡Me están dando la del pulpo!
Gilipollas
Con Don Martin en el suelo
sangrando como un gorrino
me deja abierto camino
para disparar con tino.
Es difícil apuntar
este chisme singular
para poder acertar
sin remedo de fallar
Me fijo en el más alto.
Un sujeto mentecato
que no deja de pegar
a mi señor sin parar.
Por mi vida que lo mato.
Mas este chisme que empuño
entre mis manos se mueve
y justo el disparo que lanzo
A Don Nuño yo alcanzo
Allá donde más le duele.
Don Nuño
¡A mí, socorredme prestos!
Yo me cago en el copón.
Se me clavó en los arrestos
una flecha traicionera
que fue a clavarse certera
y me ha dejado capón.
Marquesa
¿Cómo va la cosa fuera?
Leonor, tenedme al tanto.
Se me revuelven las tripas
al verte como entretanto
contemplas como cualquiera
comiendo pipa tras pipa
cual sainete de teatro.
Doncella
Pues rezad por Don Martín.
si queréis un heredero.
Porque su fiel escudero,
con un flechazo certero,
le ha dejado sin huevos.
Marquesa
¡Que espanto, que horror!
Mi Martín hecho un eunuco.
Por favor confírmalo.
lo que a vos os pareció
ver desde el ventanuco
¿No habrá sido un rasguño?
Doncella
No hay margen al error
pues es él el vencedor.
Quien las pelotas perdió
No es Martín. Que fue Don Nuño.
Gilipollas
Don Martin, incorporaos,
en fuga está el enemigo.
El combate habéis ganado.
Fijaos lo que os digo:
Mañana estarás casado.
Don Martin recomponeos.
En blanco veo tus ojos.
Despertaos, ¡recordones!
No os veo en condiciones
de veros ya casadero.
Os llevaré al curandero
a ver si encuentra remedo
que termine tal enredo
y pueda veros entero
vestido de caballero
en la boda, compañero.
Curandero
¿Porque aporreas mi puerta?
¿No ves que horas son esas?
Y me traes a este hombre
que mi vista presta acierta
parecerme una hamburguesa.
Gilipollas
Disculpadme buen galeno.
Os traigo herido a mi amo
pues le zurraron de pleno.
Debéis darle buena sana.
Puso el destino en su mano
que se me case mañana.
Curandero
¿Mañana me estáis diciendo?
No tengo conocimiento
para hacer tal compostura.
Tu señor está muriendo.
Es mejor que esta locura
la tenga en discernimiento
No un chamán, sino un cura.
Gilipollas
¿Muriendo? ¡No es posible!
Disponed algún ungüento
y frotadle linimentos
que al instante le curen.
Os digo verdad notoria:
Si lo salvares no dudes
estaréis haciendo historia.
Curandero
Trataré de complaceros
mas es algo complicado.
Os advierto escudero
que eso ha de costaros
una bolsa de dineros.
Salvarle la vida haré.
Mas dad yo por imposible
que mañana quede libre
de sus heridas y pupas.
Mucho tiempo ha de tardar
En sus heridas curar.
Gilipollas
Salvadle, no os importe
el dinero ni los medios.
Pues si mis ropas enlutas
fracasaré sin remedio.
Ahora vuelvo al castillo
a mediar con la Marquesa.
Le anunciaré la victoria
de mi señor Don Martín
Por si acaso le interesa
y decirle por sorpresa
que debe aplazar la empresa
de casarse con presteza.
Resguardado del frescor
con un pedazo de manta,
el preguntarle al autor
mientras recorro la ruta
que me diga, por favor,
si su madre era una santa
porque tengo resquemor
que sea un hido de …
Autor
Juanvi, cuida tu lengua
que verás cómo al final
la cosa no acaba mal.
Mas no me toques los güitos
ni me plantees desafíos.
Ya uno se puso lobo
en otro libro que omito.
Y ahora que estamos solos
que pasó más hambre el bobo,
te lo advierto y te repito,
que los pavos de Bartolo.