De Juramentos y tratos
Obispo
Señora, muy buenas noches
y disculpad la incidencia.
Es asunto con urgencia
resolver a trote y moche.
Pues mañana, su excelencia,
el Tutor de Los Infantes,
os visitará a vuecencia.
No le hagáis ningún desplante.
Marquesa
Sea muy bien recibido
el Tutor de los chiquillos.
Mas no tengo decidido
con quien voy a desposarme
¿Mañana yo que le digo?
Obispo
Poco importa el elegido.
Es una cuestión de estado.
Pues debe haber un Marqués
regentando a vuestro lado
los asuntos de interés
que rijan el marquesado.
Comendador
Perdonadme que os insista,
pero es cuestión muy vital
y es una ley medieval,
que una mujer jamás
pueda sola gobernar
sin marido que la asista.
Marquesa
Eso suena muy machista.
Obispo
Que la razón os asista.
Mas noto en vos rebeldía
que acaso ofendiera a Dios.
Para no escuchar a vos
mis oídos yo me tapo.
Aunque seáis feminista
no podéis volver la vista
y pretender hacer vos
lo que os salga del papo.
Doncella
Pues perdonadme, Prelado,
que aunque fuera eso pecado
mi señora se ha bastado,
hasta ahora sin tachado,
en regir el Marquesado.
Obispo
No lo dudo, es verdad.
Mas hay en las Escrituras
un pasaje literal:
“No ha de vivir Eva sola
en el Jardín Terrenal.
pues para eso está Adán”
Comendador
Y hablando del Padre Adán,
señora, de nada os tacho,
perdonadme , por demás,
pero noto que esta noche
se me erizan los mostachos
pues estoy oliendo a macho.
Doncella
¿Qué insinuaste truhan?
¿Dudas de nuestro recato?
Reparo mi dama reclama.
Has de saber, mentecato,
que los olores que emanan
de debajo de la cama
deben ser de nuestro gato.
Gilipollas
¡Miauu, miarramiauuu!
Doncella
¡Este gato es gilipollas!
Comendador
La situación nos arrolla,
mil disculpas os refiero,
Si os hubiera ofendido.
Nunca hubiera pretendido
faltar a tan bella novia.
Mi raciocinio se embrolla.
Obispo
Bien señora, decidíos,
pues no es cosa de tardar.
Elegid un buen marido,
de rodillas os lo pido.
Decisión le habréis de dar.
Marquesa
Quede Eminencia tranquilo.
Pues anunciaré mañana,
al tañer de las campanas
quien ha de ser mi marido,
como quedó convenido.
Doncella
¿Que miráis comendador
cual liebre desorientada
que parezca preocupada
sorprendida por azor?
Comendador
Pues estoy bien aturdido
y me está dando mal fario
pues parecíome oir ruido
que procede del armario.
Doncella
Te ruego que no te asomes
pues pasaréis muy mal rato.
Sin duda son los ratones.
Esas son nuestras razones
de que tengamos un gato.
Razón ya se os dio.
Gilipollas
¡Miaauuuu!
Doncella
¡La madre que te parió!
Comendador
Malos servicios os hace
si en lugar de capturarlos
gato en vuestra cama yace.
A estos bichos tan vagos
no debéis alimentarlos
ni tenerlos tan mimados
para poder adiestrarlos
lo mejor es el caparlos.
Gilipollas
¡Guaaau!, ¡Guaau!
Doncella
¡Puto gato!
Pero a este yo lo mato.
O mejor os hago caso
y esta noche lo capo.
Obispo
¡Basta ya de tonterías
trabas y predicamentos!
Y vos, Rosalba hija mía,
recordaros yo quería
que hicisteis un juramento.
Marquesa
Id con bendición de Dios.
Mañana al romper el alba
cumpliré con mi palabra
ante el Tutor y ante vos.
Doncella
Con la venia de mi dueña
os indico la salida.
Ved que su palabra empeña.
Mañana será otro día.
Obispo
Descansad, buena señora,
pues la noche presta avanza.
Marquesa
Pues ¡hala!, sus eminencias,
no demoréis en marcharos.
Hemos de elegir las ropas
de entre mis pertenencias
y eso lo hago en privado.
Comendador
Me debéis decir, primero,
pues turbado yo me hallo,
si ese tufo traicionero
que proviene del armario
es perenne o pasajero.
Marquesa
En el armario yo guardo
dobladitos, con esmero,
mis vestidos de diario
pues es armario ropero.
Si lo dudáis, comprobadlo.
Obispo
No es esta mi labor
ni para eso he venido
a criticar el olor,
aunque fuera vomitivo.
Dejaos, comendador,
de ser tan inquisitivo.
Doncella
Pues es uno de los dos
el que ante la situación,
O es Don Martín o Don Nuño
Quien cegado de pavor
haya cagado un buen truño.
Comendador
Vuestras palabras no entiendo
¿A que vos os referís?
Doncella
Lo que yo estoy refiriendo
es que uno de los dos,
por motivo de los nervios,
debe tener el calzón
cual jamón en salazón .
Obispo
Razón veo en ti, doncella.
Pues imagino a Don Nuño
vagar bajo las estrellas.
Y no quiero imaginarme
el desdén del caballero
que mide cual relojero
el tiempo con desespero.
Doncella
Bellas palabras, Prelado.
Un desazono sin fin.
Bien me lo habéis atinado.
Mas no yerro en señalaros,
si os dijera sin reparos,
que ignoráis a Don Martín.
Marquesa
Me suben las calenturas
pues muy nerviosa me hallo.
No soy dama de aventuras
Mas Dios quiera, por ventura,
que me partiese a mí un rayo
antes que cantare el gallo.
Obispo
Es normal que os aceleren
los pulsos el corazón.
Un sacrificio os requiere.
Mas debéis estar tranquila,
que con ayuda de Dios
tal y como merecieres
hallaréis la solución.
Comendador
Consultadlo con la almohada.
Es un remedio infalible.
Pues al pensar descansada
habréis de ver descifrada
la clave que os aflige.
Doncella
Pues nada, iros marchando.
Ya lleváis aquí un buen rato
con mi dueña despachando.
Son ya horas de recato.
Vais al despertar al gato.
Comendador
Ya nos vamos, señoría,
ligeros como la brisa.
Mas tengo la teoría,
o tal vez sea cosa mía,
que en echarnos tengas prisa.
Doncella
¡Prisa! ¡Hay que risa!
Pues claro que la tenemos.
Antes de que se hagan trizas,
colgadas en el perchero
las prendas por las palizas
que ratones callejeros
luchando como leones
se coman los roedores
que en el ropero tenemos.
Obispo
Marquesa. Descansad.
Que Dios os dé buena noche.
Comendador
Señora…
Marquesa
Id Con Dios.
Acompañad a Leonor.
Dejad mi alcoba desierta.
Y luego estad muy atenta
pues en saliendo estos dos
debéis cerrar bien la puerta.
Doncella
Señora ya se largaron
El alguacil y el Prelado.
Marquesa
¡La Virgen sea alabada!
Mis pulsos se han dilatado.
Pues me he visto tan turbada
que segundos han faltado
para caer desmayada.
Doncella
Reponeos, mi gran Dama
pues no ha pasado nada.
Lo que de verdad me atora
es, como veréis, señora
que lo peor viene ahora.
Gilipollas (saliendo de debajo de la cama)
¡Uf! que poquito ha faltado
en vernos comprometidos.
Que mal ratito he pasado
temiendo ser sorprendido,
bajo la cama acostado,
por esos entrometidos.
Doncella
¡Pardiéz que pasé mal rato!
De buena gana os daba
un hostión en “to” la cara.
Pues hay que ser un pazguato
y tener muy mala baba
para maullar cual gato.
Gilipollas
Pensé que estaba ayudando
al maullar disimulando.
Don Martín (saliendo renqueante del armario)
¡Maldita sea mi suerte.
Este bruto endemoniado
es sicario de la muerte!
Gilipollas
Mi señor, solo hay que verte
la paliza que te ha dado.
Mas habéis tenido suerte
porque por fin se largaron.
Don Nuño (abriendo violentamente la puerta del ropero)
No he acabado contigo.
Continúa mi venganza.
Por mi honor y mi templanza.
Pues he jurado castigo
al verte bien escondido
temblando tras los abrigos.
Marquesa
Caballeros deteneos.
Poned a la lucha fin.
Solventad con los aceros
lo que queráis dirimir,
mas os ruego, majaderos
que lo hagáis lejos de aquí.
Doncella
Es cosa de dos bastardos
el reñir cual leopardos
en el lugar que es el cuarto
de señoras de postín.
Gilipollas
Mejor será por higiene,
soltéis don Nuño a Martín.
Pues luchar no os conviene.
Sois caballeros bigardos
Aunque mi Martín tuviere
manchados los leotardos.
Marquesa
Os advierto a los dos
que ya tomé decisión.
Gilipollas
Don Nuño parad un rato
de repartir bofetones.
Pues a todos interesa
la decisión por sorpresa
que ha tomado la Marquesa.
Escuchad sus intenciones,
sus ofertas y su trato.
Pues no nos deja enterarnos
el ruidos de los sopapos.
Don Nuño
Conforme, orden acato.
Pero si no me gustara
o convencieran acaso
las ofertas de mi Dama,
lo tiro por la ventana
pero primero lo capo
y a continuación lo mato.
Gilipollas
Don Nuño no seas bruto.
Que parecéis medieval.
Don Martín
Socorredme, escudero.
Libradme de este animal.
Haced algo, os lo ruego,
o la cosa acaba mal.
Gilipollas
Con gusto me arrimaría
a terminar la porfía
y dejarla en buen final.
¡Mas que desgracia la mía!
Pues me temo que podría
,soltando mil palabrotas,
zumbarme a mí y no a vos.
Y fuera tan criminal
que me rompiese las ropas.
Aún recuerdo tu voz:
“Costaron un dineral”
Marquesa
Ya vi claro mi destino.
Bajad por esta escalera
y en llegando a la higuera
que se alza junto al pino,
luchad los dos con buen tino,
pues quien no fuera vencido
ese será mi marido.
Gilipollas
¡Marquesa, nos ha jodido!
¿Acaso no ve vuecencia
que lo que habéis convenido
perjudica a mi excelencia
pues se encuentra ya tullido?
Don Nuño
Callad vuestra lengua un rato.
El trato me suena grato.
¿O tal vez no has entendido,
escudero mentecato.
que un trato es un trato?
Doncella
Resolved lo encomendado
y obedeced lo mandado
mi Señora con acierto.
Salid ya por la ventana
a ver si por la mañana,
a consecuencia del viento,
con sus aromas a heno,
nos ventilare la sala
y deja de oler a cieno.
Don Nuño
Sean las cosas así.
Bajemos hasta la higuera
y pueda anunciar yo allí,
con tu sangre y cagalera,
que el gran Don Nuño por fin
ha dado muerte a Martín.
Don Martin
Tus palabras fanfarronas
No me han de amedrentar.
Mas os lo pido, señora
¿No me podrías prestar
unos ropajes decentes?
Pues no quisiera que gentes
nos pudieran observar
y dijeran entre dientes
que me acabo de cagar.
Doncella
Poneos un camisón.
Y si ese fuere el caso,
con lo oscuro del ocaso
faltará definición
para saber si has luchado
con camisón o jubón.
Marquesa
Marchad y sed diligentes.
A ver quién es el más chulo.
El resultado yo espero.
Mas primero es lo primero,
Caballeros y escudero
¡Iros a tomar por culo!
Doncella
Y vos, Juan Vicente, cuidaros
pues no debéis exponeros.
Tengo planes planeados
para después de este enredo.
Dejaré de ser doncella.
pues vos seréis el primero.
Gilipollas (bajando la escala y cantando por Antonio Molina)
Yo no maldigo mi suerte
pues Gilipollas nací
aunque me ronde la muerte
no tengo miedo a morir…
Doncella
Señora os estipulo
que no hay mejor partido
que mi juglar, os lo juro.
Aunque hayamos decidido
y así ambas convenido,
que este canta como el culo.
Marquesa
No te fíes de este hombre.
Pues noto en él cosas raras.
y con ese extraño nombre
esta noche os deshonre
y no lo veáis ya mañana.
Doncella
Aunque sea mal juglar
¿Acaso no veis, señora,
en él una belleza sin par
y el don de enamorar?
¡Ojito al parche lectoras!
Su mirada es turbadora
Y debéis ser muy prudentes.
lo digo por si interesa,
si mezclado entre la gente
descubrís a Juan Vicente.
¡Sed un poco inteligentes
y no os ciegue el amor!
Marquesa
¿Hablas de tu Gilipollas,
mi querida Leonor?
Doncella
¿Qué gilipollas ni leches?
Mas aclaración mereces:
Estoy mentando al autor.